La Plata fue la ciudad elegida por el grupo oriundo de Vallecas para brindar su regreso a los escenarios en el marco de una gira por Sudamérica. Fueron cinco largos años desde su último show en Argentina –Ferro 2014-, en los que Ska-P debió ganarle a algunas cuestiones extra musicales como lo fue una curiosa enfermedad aquejada por Pulpul, voz líder, y un infarto de Luismi, baterista. En ese contexto, con un nuevo disco –Game Over- y sin Pipi Delgado –voces y animación- quién prefirió no ser parte del regreso, el estacionamiento del Estadio Unico fue testigo de un show repleto de rebelión y resistencia para celebrar 25 años de trayectoria musical.

Rivales, Kapanga y Cadena Perpetua calentaron el lugar, siendo parte importante del regreso de la banda española. Sin embargo, el jolgorio del público se vio afectado por un impresionante temporal que dejó anegadas varias zonas de La Plata. El recital se restrasó por más de media hora e incluso hubo una gran cantidad de personas que decidieron volver a sus hogares ante semejante contratiempo climático. Fue la propia banda quien confirmó la realización del show mediante un video desde camarines por redes sociales. Es que llegó un momento en el que se empezó a especular con una posible suspensión o postergación.

En cuanto las nubes más tenebrosas se alejaron, “Poder p’al pueblo”, “Estampida” y “Gato López” sonaron una tras otra para enloquecer a las casi 20.000 personas presentes. Luego, Pulpul, con pañuelo verde de la campaña a favor del aborto legal, seguro y gratuito atado a su cuello, saludó al público: “Estas nubes las mandó Macri, Buenos Aires” y continuó con detalles de su situación de salud: “Tengo que usar esta mierda sino me quedo sordo”, haciendo alusión a unos auriculares con los que debe proteger sus tímpanos ante la aparición de Tinnitus, una enfermedad que afecta su audición.
Para que el espíritu combativo y protestante de la banda siga vivo, la situación social y económica en Sudamérica se presta impecable para que el mensaje sea claro: “Obreros votando a la derecha. ¿Qué esperaban? Nada puede salir bien de eso. El neoliberalismo está avanzando y hay que resistir” enfatizó el líder del grupo, indignado por los gobiernos de Macri y Bolsonaro en Argentina y Brasil, respectivamente. Las pantallas colocadas a los costados del escenario muestran la imagen de Santiago Maldonado y la banda le dedica “Solamente por pensar”, para coronarla en un puro recado: “Gracias compañero por haber estado ahí”.


Como suele suceder en sus presentaciones, la banda española no perdonó a nadie: le dedicaron “Vergüenza” a los toreros asesinos, cantaron a favor de la legalización de la marihuana en “Cannabis” y protestaron ante la iglesia y los abusos a menores en “Crimen Solicitationis”.  El público está alegre, salta, canta y baila ska de un lado a otro. De fondo suena “Mis colegas”, un himno, y todo el lugar alza sus manos para entonar el famoso estribillo: “Escúpele al sistema y nunca dejes de molestar”.
Pulpul vuelve a tomar el mando y esta vez agradece a los presentes: “Muchas gracias por estar acá, se bancaron una lluvia tremenda, gracias”. Además, le convida unos minutos a Madygraf, una gráfica devenida en cooperativa que exigió la pronta implementación de políticas públicas para generar empleo.

Para mostrar algo de su último trabajo de estudio, sonaron “No lo volveré a hacer más” y “Colores”, una placa dedicada a la igualdad de género. “Tio Sam” retumbó contra el imperio yankee y “A la mierda” hizo estallar en gritos a la gente: “Me la suda todo lo que puedas ladrar, siempre amé la Libertad”.
El final era un hecho. Los cuerpos continuaban mojados. Las zapatillas empapadas. Pero aún quedaba un referente indudable: “Vals del obrero” culminó un show con la mística anti fascista y a favor de la clase trabajadora que atesora Ska-P en su idiosincrasia. “Tu enemigo es el patrón, somos la revolución, viva la revolución”, agitó la gente con brazos en alto.

Un show de Ska-P parece revivir un aire de rebelión y cargar de fuerzas y energías a la gente, al pueblo, a esas personas que son la base de una Nación para que la rueda no pare de dar vueltas. Sus canciones los representan. Cantan contra la desigualdad, y a favor de la justicia social en todas sus dimensiones. Una banda distinta y espectacular desde lo lírico y lo sonoro. El recital ha llegado a su fin. La tormenta pasó, pero el público se retira renovado gritando RESISTENCIA.

Texto: Gonzalo López Ghiglieri.

Fotos: Daiana Córdoba.

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