Con una carrera que ya supera los 40 años de actividad y un sinfín de anécdotas, historias y vivencias, el cantautor argentino se sumó a las columna que hace quien escribe cada quince días en Olavarría Rock. La cuarentena, el exceso de información, su vida, Sui Géneris y su carrera solista fueron algunos de los temas principales de la extensa charla.

 

Tomás Correa

@toomicorrea

 

Después de recibir el año con un análisis de qué cosas podemos esperar y qué no en el escenario musical y artístico del país durante 2021, volvimos a las entrevistas, y de una manera muy especial.

Nacido en el año 1952 y con más de 30 discos grabados, Nito Mestre tiene una huella asegurada en la historia de la música argentina. Tanto en su etapa con Sui Géneris, cómo así también por su carrera solista.

El zoom es el lugar de encuentro. Desde su casa, el cantautor argentino nos “recibió” en una tarde calurosa, pero que también se irá volviendo cálida a lo largo de la que la charla avance. La cuarentena fue el primer tema a tocar: “En realidad lo pasé en distintas etapas, como todo el mundo. Se me suspendieron entre Abril y Mayo 17 shows entre Estados Unidos y Europa, iba a ir por primera vez a algunos lugares y me agarró. Me la veía venir desde marzo, y después de hacer en Costa Rica el último show, se suspendió.
Primero me agarró de mal humor, porque pensé que solo iba a durar 2 o 3 meses. Pero después lo tuve que aceptar de a poco, me siguió molestando y me sigue molestando. Entonces vi que lo único que podía hacer era grabar una serie de videos para subir a YouTube en Arpi Studios, sin llegar a ser un streaming, pero con grandes amigos y músicos. Después empezamos a hacer lo de “America canta Sui” y nos movimos con eso durante marzo, abril y parte de mayo”.

A diferencia de la instancia “creativa” que contaron otrxs artistas en esta columna, para Nito “ponerme a tocar o grabar algo nuevo no me salió, preferí esperar para ver que pasa”. “En junio me volví a Buenos Aires y empecé haciendo un streaming en un teatro, ahí ya llevaba 4 meses sin tocar en vivo, algo que nunca me había pasado. La pase bien ahí, fue raro, pero fui a tocar y encontrarme con mis músicos. El “Adiós Sui Géneris” nos llevó más o menos un mes prepararlo, y a partir de ahí empezó a abrirse un poco. Ahí empezó a desaparecer el streaming, porque es un complemento que a todo el mundo le aburre. También estuve filmando y grabando un tema que se llama “Los momentos” para un homenaje a Eduardo Gatti en Chile. Hicimos reportajes, y es un país donde me tratan super bien”.

Pero, más allá de la faceta musical, Mestre encontró un nuevo desafío en su vida artística: “Ahora estaba afuera de Buenos Aires, pero me vine porque estoy filmando una película como actor. No te voy a contar todo, pero hago de juez en una película que se llama “Lennon”, que obviamente habla de algo de Lennon, pero ya se van a enterar. Estoy disfrutando de no hacer nada”.

“Estoy dejando que fluya el tiempo, calentando la voz, viendo si sale alguna cosita, pero de cero. Porque también estuve pensando en que si esto se extiende, me retiro, cómo va a pasar en algún momento. Pero si los planes del planeta dicen que no se puede hacer más gira, o sabe dios con que se van a venir”.

Fiel a su estilo rebelde, Nito ve con preocupación la “sobresaturación de redes”, y señaló que “creo que los jóvenes van a reaccionar y van a encontrar otras formas de comunicarse que no sean los teléfonos”.

Siguiendo con la charla, comenzamos a adentrarnos en los comienzos de su carrera musical, ligada por una familia que se encontraba con el arte de manera explícita: “No fue precisamente que mi padre me indujo, me indujo el entorno, porque mi vieja cantaba y escribía letras, y mi viejo era médico, pero tocaba el violín. Si en tu casa cantan, desde que estás tomando la mamadera estás escuchando música, entonces tu cuerpo se acostumbra a escuchar música. Los dos cantaban, puedo decir que a mi viejo nunca lo escuché cantar, a mi vieja si, tenía una voz muy aguda. Con ese ámbito me crié a que me guste la música, y a comprar discos, después era leer historias fantásticas y escuchar música”.

Los Beatles fueron una pieza fundamental para la carrera de Nito, pero más que nada lo fueron para encontrar su amor por las herramientas que se pueden tener desde el recurso sonoro y la manipulación del sonido: “Cuando empecé a tener discos más importantes, a partir de los Beatles, porque antes estaba viendo que escuchaba, no tenía un rumbo definido. Cuando escuchaba ponía el tocadiscos de un lado, y como era mono sacaba dos cables y conectaba el parlante de una radio y escuchaba en un “supuesto estereo”. Ahí ya me empezaba a gustar descifrar el sonido, de ver cómo hacían diferentes cosas. Tuve la suerte de que mi viejo había comprado un grabador que tenía un micrófono muy pedorro, y tenía una forma de mezclar cosas, ruidos, o sirenas, gente, público, como para tener un fondo para tocar o cantar arriba, y probaba cosas. La historia del sonido siempre me gustó, juntado a lo de la música cuando armé una banda de rock, y después en la secundaria entra Sui, que es la historia que ya se conoce”.

Obviamente, esas herramientas que tanto experimentó durante su vida, fueron llevadas al estudio al momento de comenzar a grabar con Sui: “La culpa obviamente es que tanto Charly como yo, cuando escuchaba cómo grababan los Beatles, me parecía extraño cómo separaban la base y las voces, y estaba la posibilidad en el estéreo de solo escuchar las voces o la base. La ubicación geográfica de los sonidos pasó a ser algo importante, porque se probaba bastante, al principio no nos dejaban mucho de probar, cómo le pasó a los Beatles también. Los grabadores fueron siempre una constante en mi vida desde chico, esa historia de registrar”.

La tecnología en grabación fue avanzando con los años, y Nito no quiso quedarse fuera de eso: “Con la computadora me amigué cuando dejé de tomar alcohol en el año 97, ya hace 23 años. Llegué justo porque yo venía grabando con portaestudio, o grabador a cinta antes, o uno que me arregló un amigo que se llama Tomás Rojas, que grababa pista 1 y 2, y después te juntaba esas y la 3 en otro lado, y le podías agregar reverb. Cuando deje de tomar alcohol un amigo me regaló una computadora, que yo no la sabía ni prender, pero cerca de mi casa enseñaban computación, así que fui ahí a aprender. Me agarró a tiempo, porque tengo colegas que todavía no se amigaron con la computadora. En Estados Unidos me convencieron de usar Mac y me enseñaron a usar nuevos programas, hasta que llegué a un límite, que se pasa solo si estudias ingeniería de grabación”.

Poco después de amigarse con la computadora, Nito sacaría “Colores puros”, un disco lleno de canciones importantes para la carrera del cantautor. “Más o menos fue por ahí cuando empecé a hacer cosas de maquetas. Lo práctico era que tenías a mano todo, si no queres tocar solo le pones una base de batería o algo, y vas probando todo. Igual me gusta que me graben, y grabar con alguien que sepa mejor, y ahí husmeo que hacen, aunque siempre depende de quien maneje la grabación”.

Si algo destacó el paso de Sui Géneris en la historia del rock nacional – más allá de la calidad musical – fue la intervención en la política, en una época dónde la libertad no sobraba. Sobre ello, Nito contó que “nosotros íbamos a un colegio que era dependiente militar, donde los compañeros eran divinos, todo, pero tenía una enseñanza muy estricta, por un lado nos enseñaban educación democrática, pero las reglas eran estrictas porque era dependiente militar. Esas cosas varias veces chocaban, entonces indirectamente estaba la política en el aire, si venía un profesor de defensa nacional y te dice “la gente que tiene barba, son comunistas” vos te preguntas qué está diciendo. Y después había una rebelión más explícita, que venía por el lado del arte con Marta Minujín o Nacha Guevara, en momentos donde estaba prohibidísimo querer abrirle la cabeza a la gente”.

“Nosotros vivíamos en medio de todo eso, con un golpe militar, y una rebelión de nuestra parte, porque no queríamos saber nada con eso. Yo estaba en la Facultad de Medicina en ese momento, yo estudiaba y estaba en Sui Géneris, pero había un cuarto de la gente que estudiaba y militaba. Fui a algunas marchas, nos corrieron las motos afuera, pero había una cosa práctica: yo no tenía tiempo de hacer todo y militar en un partido, porque tiene sus cosas positivas pero también tenes que cumplir. Siempre mi forma por rebelión fue estar de la otra vereda de donde está la persona que gobierna, para poder ver los errores. Mi función es ser músico, no ser político” agregó el músico.

Uno de los discos emblemáticos de la época fue “Pequeñas anécdotas sobre las instituciones”, un disco que cuenta con, entre otros temas, con Juan represión, Botas locas y Pequeñas delicias de la vida conyugal. Sobre las canciones de Sui (y este disco en particular), Nito explicó: “Las cosas que pasan alrededor se vuelcan en los temas, y así salió Aprendizaje primero, Cancion para mi muerte que habla algo de lo que le pasó a Charly antes de la colimba, Confesiones de invierno y Cuando ya me empiece a quedar solo. Pero siempre había una dosis de ironía, porque si algo teníamos Charly y yo era no ser panfletarios, preferimos que haya que darle una vuelta de tuerca para ver el mensaje. Ese lápiz que tuvo Charly para escribir en Instituciones se afiló y escribió lo que estaba pasando, lo bueno fue que cuando se prohibieron alguno de los temas, hubo que darle otra vuelta de tuerca para encapsular y mostrar el mensaje de otro lado”.

“Yo era el rey de este lugar, vivía en la cima de la colina” lo pasaban por alto, porque creían que estábamos contando una historia fabulosa. También a mi se me ocurrió poner “Pequeñas anécdotas sobre las instituciones”, porque cuando vos minimizas un acto grandioso lo podes mostrar, pero lo van a entender los que lo tengan que entender.

Después de terminar con Sui, llegó la carrera solista de Nito: “Lo primero que armé fueron los Desconocidos, porque cuando estás en una banda vas viendo quienes están bien en otras bandas. Cuando armé los Desconocidos ya tenía pensado en mi cabeza quienes podían tocar, y así quedó León Gieco, Rodolfo Gorosito, Alfredo Toht, que yo lo tenía porque era amante de Los Gatos. Con Alfredo empecé a grabar los demos de lo que fue el primer disco, lo mismo que cuando entró María Rosa, que hasta lo consulté con Charly.
El tecladista fue lo más difícil, porque yo venía de tocar con Charly y estaba muy mal acostumbrado, entonces le pregunté a un amigo mío y me presentó al pianista de Ave Rock, que era Osvaldo Caló. En la batería lo convencí a Francisco Prati. Con eso se armó un combo fantástico”.

“Después fueron cambiando los tecladistas, porque Osvaldo se fue a Francia a tocar con Piazzola, y después entró por unas semanas Alejandro Lerner y casi entra Leo Sujatovich, pero eran muy pendejos todavía. Con Lerner me pasó que me empezó a mostrar temas de él, entonces le dije que se arme su banda, que él era solista” siguió contando.

Con los años las formaciones de los músicos que fueron tocando con él cambiaron: “Cuando iba a grabar el segundo de los Desconocidos, yo quería grabar algo con guitarra de 12 cuerdas, entonces lo llamé a Ciro Fogliatta, porque aparte tenía un Hammond que a mi me encantaba, y me dijo que sí y se quedó un año y pico hasta que se fue a España.
Con Rodolfo Gorosito fuimos a verlo al Mono Fontana, pero tocaba muy chiquitito la batería. Después de que se fue Ciro veo que el Mono empieza a tocar arriba de una cartulina de piano, y entonces le presté mi piano y ahí me mostró que era un gran tecladista y arreglador. Ahí entró Claudio Martínez en la batería”.

“En todos los casos que armé bandas, tuve la suerte o ventaja de tener ojo de a quién elegir, porque yo te nombre los que se quedaron, pero también hubo muchos que no se quedaron. En Sui hasta casi entra David, pero estaba entre entrar como un quinto Sui o no, y prefirió venir como invitado”.

Para finalizar, la pregunta que este periodista le hace a cada entrevistado y entrevistada no podía faltar. En este caso, la vida de Nito – como la de tantxs otrxs – “no entra una frase, la tendría que pensar, pero es muy largo todo. No tengo ninguna favorita que me represente. Pasaron muchas cosas en la vida, es cómo haber tenido dos tres vidas en una”.

 

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