Este viernes, los jóvenes músicos subirán al escenario del Teatro Greison (Dardo Rocha 135, Monte Grande) para adelantar algunos temas de su próximo disco. En diálogo con Info Región contaron que además se preparan para ser teloneros de “La Mancha de Rolando” y “Riddim”.
Sin pensarlo. Sin proyectarlo. Casi con la espontaneidad que imprimen las ganas de juntarse entre dos o tres a hacer música. Así nació “Las Berenjenas”, una banda de rock variado que atraviesa distintos géneros, como el ska y el reggae.
Desde hace dos años que viene compartiendo con el público de la región sus canciones. Ellos son Marcos Torre (guitarra), Fabricio Rullo (voz y guitarra), Iván Frávega (bajo), Paulo Pignataro (batería) y Federico Simone (saxo); un quinteto que baraja diferentes proyectos en un futuro inmediato y también a largo plazo.
Este viernes estarán por primera vez en el Teatro Greison (Monte Grande) junto a “La Garufa” y “Cuñao Cursiao”. Allí tocarán algunos temas que serán parte de un próximo objetivo: el primer disco.
Además, en los próximos meses, los jóvenes músicos serán teloneros de “La Mancha de Rolando” y “Riddim”, dos grupos consolidados que les pusieron el ojo y el oído a los chicos del sur.
En diálogo con Info Región, dos de sus integrantes recordaron los inicios en la música y adelantaron lo que se viene.
-Nombre original si los hay el de esta banda…
-Marcos: Surgió con un amigo en un boliche, pensamos en formar una banda alguna vez y al pasar una chica le preguntamos qué pondría en un frasco, como respondió “berenjenas”, tiempo después cuando conformamos la banda, quedó ese nombre.
-Le dieron forma hace poco más de dos años…
-Fabricio: Sí, arrancamos a tocar los dos solos, con Fabián, el ex baterista. Para ampliar pensé en Marcos, que era amigo, porque componía bien y hacía lindas letras. Por eso lo convoqué, me dijo que sí y arrancamos. En 2013 empezamos a tocar bien de banda de garaje hasta que nos quedó chico juntarnos en una casa y fuimos a una sala, con temas propios. De a poco agregamos a Iván Frávega, bajista. Luego el baterista se fue y tuvimos un parate de mucho tiempo. La ruptura pasó y se sumó Paulo Pignataro en la batería y fue muy productivo. Hoy somos cinco, porque está desde hace seis meses Federico “Chima” Simone en el saxo. Hoy tenemos mucha convocatoria y le estamos dando para adelante.
-Tocaron en escenarios destacados, como Museo Rock…
-Fabricio: Así es, un emblema del rock nacional. Hemos pasado por “Monociclo” el año pasado. Por momentos estamos en las nubes. Ahora vamos a Greison, en Monte Grande. Es un momento muy importante para nosotros. Estamos muy contentos con lo que se viene.
-Tienen un estilo variado, no sólo de un rock puro…
-Marcos: Bien dentro del rock, tenemos ska, reggae, baladas. No estamos encasillados en un estilo.
-Fabricio: Por ejemplo “La 25”, “Jóvenes Pordioseros”, “Viejas locas” tienen un estilo muy marcado. Es rock and roll clásico y nosotros tenemos algo de eso, de “Callejeros”, por ejemplo.
-Marcos: También tenemos variedad porque al bajista le gusta lo que es heavy metal, a mí me gustó el ska y el reggae mucho tiempo. Eso termina siendo algo divertido, mezclado, loco. No es ese rock pesado.
-¿Dentro de esa variedad, cómo componen la canciones?
-Marcos: Me pasa que me baso en cosas que me pasaron y la letra me sale rápidamente. Por lo general primero hago la letra y después viene la música. Con Fabricio somos los que componemos, nos sentamos los dos a armar un tema. Son cuestiones propias de la vida. La melodía tiene que ver con lo que queremos contar en la letra.
-¿Cómo preparan la fecha de este 12 de agosto en Greison, Monte Grande?
-Fabricio: Con muchas expectativas, queremos que el público se divierta y estamos ensayando hace mucho porque esto estaba cerrado hace tiempo. Va a ser una lista larga de temas, vamos a pasar por todos o la mayoría. Vamos a hacer algún cover que siempre le gusta a la gente y vamos a presentar un tema nuevo. Estamos muy entusiasmados.
-Marcos: Esperamos que el lugar se llene, vamos a compartir escenario con “Cuñao Cursiao” y “La Garufa”. Siempre es lindo tener hermandad con las bandas del under. En el rock o en la música no hay una rivalidad como en el fútbol, es más familiar en ese aspecto.
-Fabricio: Esto va a ser el viernes, a partir de las 21:00 ya pueden entrar. Es en Dardo Rocha 135, cerca de la estación de Monte Grande y vamos a estar sacando un micro desde la plaza de Lomas (Grigera). La entrada tiene un costo de 100 pesos anticipada.
-El demo fue la carta de presentación. ¿Planifican un trayecto discográfico como próximo objetivo?
-Marcos: Es el próximo paso.
-Fabricio: Queremos sumar al demo unos siete u ocho temas más y, una vez que nos saquemos de encima las fechas importantes que están dando vueltas, meternos de lleno en el estudio. Queríamos hacerlo antes de fin de año pero será difícil, por eso pensamos que lo tendremos el año que viene. Vamos a trabajar mucho para eso.
-¿Tiene nombre definido?
-Marcos: Todavía no. Veníamos barajando posibilidades pero todavía ni lo hablamos entre todos. Así que nos tenemos que poner de acuerdo.
-¿Qué queda para la última parte del año?
-Fabricio: Nuestra expectativa es crecer cada vez más. Ahora nos convocaron para tocar con “La Mancha de Rolando” para octubre y con Riddim en septiembre. Son dos fechas confirmadas para ser teloneros de ambas bandas. Tocamos antes que ellos y eso nos pone muy contentos. Esas cosas te hacen pensar que estás trabajando bien y haciendo bien las cosas.
-¿Se imaginaban en este presente?
-Marcos: Realmente no. Yo tocaba para amigos y la primera vez que me subí a un escenario fue con esta banda y ante más de doscientas personas. Fue algo muy emotivo e inesperado. Si me preguntás lo mismo para adelante te digo que vamos paso a paso. Si bien tenemos una idea de adonde queremos llegar, estamos disfrutando el momento. No queremos saturarnos sino más bien vivir intensamente lo que hacemos.
-Fabricio: Sueños tenemos. El mío es poder tocar en Auditorio Sur alguna vez, en los próximos dos años, como fecha propia. Y si pensamos más arriba todavía, me gustaría que toquemos en el Luna Park, ¿por qué no?