De Johnny Cash a León Gieco, pasando por Metallica y B.B.King, fueron muchos los músicos que decidieron llevar su música a los más diversos penitenciarios del mundo. Esta semana, Gustavo Cordera volvió a hacerlo en el Penal de Olmos. Volvió, porque ya lo había hecho en el Complejo penitenciario de Ezeiza en 2010, como parte del programa «Arte en las cárceles», y el año pasado en el penal de González Catán.

Esta vez, junto a La Caravana Mágica, el ex lider de Bersuit dio un show de más de una hora en la capilla del penal donde 1200 reclusos escucharon los temas clásicos de su repertorio y del nuevo «Pintó meditación», que estrenará en vivo en el Luna Park, el 11 de septiembre. Durante la conferencia de prensa, el Pelado realizó declaraciones similares a las que había hecho luego de la primera experiencia: «La violencia es algo que nos pertenece a todos. Sólo que hay seres sensibles que no la pueden controlar. Pero todos somos capaces de matar. Y me voy a hacer cargo: yo soy capaz de matar. Soy capaz de robar, de hecho he robado muchas veces en mi vida. Soy capaz de traicionar, capaz de sentir ganas de matarme también. Nada humano me es ajeno».

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