A 17 años de su debut en las sierras cordobesas, el evento llega a México y la versión local se prepara para la edición más ambiciosa de su historia.

Ciro cierra la primera fecha en Santa María de Punilla. Foto: RollingStone/ Rodrigo Alonso
Ciro cierra la primera fecha en Santa María de Punilla. Foto: RollingStone/ Rodrigo Alonso

«Yo gano más plata con Ricky Martin y Arjona que con el Cosquín Rock. Pero esto tiene que ver con la pasión», dice José Palazzo, el zar cordobés detrás del festival de rock más convocante del país y el más longevo: tendrá su edición 17° del 25 al 27 de febrero en el Aeródromo de Santa María de Punilla. Al frente de En Vivo Producciones, Palazzo también factura más con eventos como el armado de los Vivac del Rally Dakar, pero sigue apostando fuerte por el proyecto que inició en el caldo de la crisis de 2001. En paralelo al Cosquín Rock 17, comenzará un ambicioso plan de exportación que llevará la marca a México (el 18 de este mes en Guadalajara) y a Perú en septiembre.

Antes de viajar a México, y mientras trabaja para cerrar el venue y la programación de la edición peruana, Palazzo pasará por Chile a definir los últimos detalles del desembarco para el festival en tierras trasandinas en 2018 («Aún no sé si lo vamos a hacer en Santiago, en las afueras o lejos de la capital»). Una vez que concrete la cuarta sede, pondrá en marcha el siguiente paso: programar la gira del Cosquín Rock en fines de semana consecutivos. «Creo que es el primer festival de Argentina que recorrerá Latinoamérica, sirviendo de plataforma para desarrollar de nuevo el rock argentino, que tiene muy buena reputación en la región pero que, salvo algunos casos, le está costando», dice. «Los artistas argentinos van a poder trabajar en su difusión sin necesidad de hacer diez viajes. Y lo mismo van a poder hacer los músicos mexicanos, peruanos y chilenos.»

La primera experiencia fuera de Argentina tendrá nombres de peso, fiel al estilo de la versión cordobesa: Café Tacvba, Las Pelotas, La Beriso y Los Cafres, entre otros. «Yo todavía no lo puedo creer», dice Palazzo cuando comenta las cifras que le llegan desde México. A menos de un mes de la fecha, llevaba 12.000 entradas vendidas de las 20.000 que sacaron a la venta, y los tickets VIP se agotaron. «Si me preguntabas antes, no me lo imaginaba. Siempre le decía a mi socio mexicano: ‘Hagámoslo chiquito’.»

Mientras tanto, en la casa matriz se preparan para recibir a más de 100.000 personas, con el debut de Los Fabulosos Cadillacs, la presencia de Ciro y Los Persas y La Beriso -dos de las bandas más convocantes de 2016-, y la asistencia perfecta de Las Pelotas -los únicos que estuvieron todos los años- como destacados de un line-up de más de 180 artistas.

 
La Beriso estará como headliner en la edición cordobesa (cierra la última noche) y también tocará en Guadalajara. Foto: RollingStone/ Segismundo Trivero

«No existe otro festival que tenga ese grado de romanticismo, de festival de otras épocas, con la gente acampando y viendo muchas bandas», dice Juanchi Baleirón, que hará con Los Pericos una retrospectiva de sus 30 años de carrera, repasando una década por jornada. Esa será una de las «celebraciones del rock nacional», como las define Palazzo, que tendrá el Cosquín. El día 3 estará el escenario temático 50 Años de Rock con Fito, los ex Manal Javier Martínez y Alejandro Medina, Pedro Aznar, Vox Dei, Fabiana Cantilo, Los Twist y Celeste Carballo. Además, habrá tres shows de Juanse en un espacio en el que actuará junto a los artistas del sello Geiser que participaron de Ceremonia, el compilado homenaje al ex Ratones Paranoicos. Los Violadores tocará en la última fecha, Todos Tus Muertos será parte del escenario Reggae y Roberto Pettinato hará su show de versiones de Sumo.

También habrá mayor presencia de artistas de la escena indie como Barco, Indios, Los Espíritus, Jvlian y Bandalos Chinos. La apertura del espectro musical es responsabilidad de Agustina Palazzo, la hija de 24 años del productor, que se crio al calor del festival. «Primero estaba entre los camarines y los escenarios, veía un poco de los shows y después me quedaba dormida arriba de un anvil», recuerda Agustina. «En la adolescencia, iba con mis amigas, hacía la previa afuera del predio y me metía en el pogo. Y después entré a trabajar.» Agustina también es responsable de la incorporación de rockumentales y muestras fotográficas -en esta edición habrá una de Bob Gruen-, que junto a las propuestas teatrales de Hernán Casciari y Alfredo Casero le aportan variedad a la grilla. «El Cosquín va a pasar de ser algo solamente musical a convertirse en un evento cultural», dice ella.

Como sucede desde que se la adoptó como sede oficial en 2011, la localidad de Santa María de Punilla volverá a sentir el subidón económico que trae el Cosquín: el turismo relacionado al festival deja alrededor de 55 millones de pesos en la provincia cada febrero y En Vivo emplea a 3.000 personas entre las tareas de preproducción y el desarmado final. También se verá el impacto en el paisaje, una idea que Palazzo se trajo de Tomorrowland, el megaevento electrónico de Bélgica: «Desde el ingreso a la ciudad, vas a ir sintiendo que todo desemboca en el predio. Va a estar todo lookeado».

Aunque tiene el foco puesto en su plan de expansión, Palazzo no se olvida de lo que tuvo que superar en 2005. Tras cuatro años de llevar adelante el Cosquín Rock, las marcas no querían esponsorear un evento rockero a menos de dos meses de Cromañón. No pudo continuar en la plaza Próspero Molina y surgió un competidor que se quedó con esa locación. Su decisión de seguir adelante lo hundió en deudas que le llevó años saldar. «Doce años después», dice, «estamos haciendo la edición que para mí va a ser de las más completas de la historia».

Fuente: RollingStone Argentina

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